Propiedades de los higos secos:
Gracias al proceso de secado, podemos disfrutar de los higos todo el año, y aunque se trate del mismo alimento en esencia, los higos frescos y los secos tienen características nutricionales que los diferencian.
Para hacernos una idea debido a la pérdida de agua, que pasa a representar solo el 30%, los valores nutritivos se multiplican aproximadamente por tres. El resultado del proceso convierte al higo seco en una versión 3 veces más concentrada que el fresco. Y esto, en términos nutricionales significa que son:
Fuente de fibra: Es su característica nutricional más destacable, representa el 20% de su volumen. Gracias a ello es una de las soluciones naturales más efectivas para regular el tránsito intestinal y lo convierte en un gran aliado para reducir el riesgo de padecer enfermedades como la diabetes. Además, tienen efecto saciante.
Fuente de Minerales: Contiene altas cantidades de potasio, magnesio, calcio y hierro además de pequeñas aportaciones de otros minerales y vitaminas. Todos ellos contribuyen al buen funcionamiento de los músculos y huesos.
Usos culinarios de los higos secos:
Los higos secos además de en la repostería tradicional también son una fruta que otorga un toque delicioso a muchos platos salados. En concreto podemos destacar su uso en perfecta armonía con platos de carne de caza, con aves o con recetas que contengan el picante como matiz principal. También es un producto muy usado en panes (panes de higo). Además es una fruta muy usada en recetas digamos… “exóticas”. Por otro lado, como snack o tentempié se pueden combinar los higos secos con quesos curados o quesos viejos, además los higos secos con jamón serrano y salami pueden formar un pack ideal para ese tipo de situaciones de picoteo o ágapes.
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